Por razones que no se entienden, fisiología renal anormal puede detectarse temprano en el curso de la diabetes. Los diabéticos tienen elevación de la tasa de filtración glomerular y suelen tener albúmina en la orina. Estas anomalías volverán hacia normal con el establecimiento de un buen control de la diabetes. Así, diabetes incontrolada parece representar el filtrado glomerular más permeable de lo normal.
La membrana basal glomerular se complica en diabetes y esto puede ser una consecuencia más que una causa del aumento de la permeabilidad. Durante los años, muchas moléculas de proteína grandes se acumulan en la pared glomerular, estimular la producción de material de matriz que ocupa gran parte del espacio glomerular, llevando a una condición llamada segmentaria.
Diabéticos también sufren lesiones renales de pielonefritis. Infección del tracto urinario es una de las causas de la Diabetes que tienden a ser más graves que los pacientes no diabéticos. Estas infecciones pueden conducir a la necrosis de parte del riñón, cicatrices permanentes, infección renal crónica y la insuficiencia renal crónica. Riñones diabéticos también son particularmente susceptibles de toxicidad de drogas, a la insuficiencia renal.
Se cree que el control de glucosa sanguínea deficiente puede acelerar el proceso de insuficiencia renal. El neuropatía autonómica de la diabetes puede causar retención urinaria, que puede contribuir a la gravedad de la infección del tracto urinario. Las infecciones se fomentan aún más por la respuesta inmune con problemas de diabetes mal controlada. Los pacientes que están expuestos a las drogas, causando nefrotoxicidad, como ciertos antibióticos y medios de contraste IV, pueden sufrir insuficiencia renal aguda. Diabéticos con hipertensión no controlada puedan tener una progresión más rápida de la enfermedad renal.
La hipertensión que se desarrolla en insuficiencia renal es particularmente importante en diabéticos debido a los efectos sinérgicos que tienen hipertensión y diabetes en daño a los vasos sanguíneos. En Glomeruloesclerosis diabética, proteinuria suele ser la primera señal de la enfermedad, aunque no suele ocurrir en los primeros 10 años de diabetes.
Agresiva terapia antibiótica se indica como tratamiento de la diabetes y las infecciones relacionadas con él. Algunos pacientes con infección crónica necesitan administración continua o periódica de los antibióticos. Cuando existe obstrucción de las vías urinarias, puede ser necesaria la intervención quirúrgica.
Una variedad de medicamentos puede utilizarse para ayudar a controlar las consecuencias metabólicas de insuficiencia renal. Control de la hipertensión. A medida que empeora la insuficiencia renal, el paciente puede requerir hemodiálisis, diálisis peritoneal o un trasplante de riñón.
Cabe destacar a los pacientes y familiares control deficiente de la diabetes puede acelerar la progresión de la enfermedad renal diabética. Deben revisarse los principios de la terapia con dieta, medicamentos, ejercicio y control de vigilancia. El paciente debe educar acerca de los síntomas de la infección del tracto urinario y la necesidad de una pronta intervención debe ocurren. Debe destacarse la importancia de respetar el régimen antihipertensivo. Debe disponerse de seguimiento regular con el equipo de atención médica.